miércoles, 5 de diciembre de 2012

LA CERVEZA MÁS RICA


Culminada la fase de grupos, es tiempo de ensayar un balance. El aterrizaje del TTR a la tercera y última división de la Liffa –descenso merecidísimo, inapelable- supuso algunos cambios en la impronta del equipo.

En primer lugar, volvió el técnico, Marhumo Rivero. Lo hizo después de un retiro semestral que empleó en reflexionar sobre las incógnitas estratégicas del balompié, las últimas técnicas proactivas de motivación en vestuario y los alcances de la magia negra en el deporte. El equipo, durante ese paréntesis, se vio obligado a reconocer que el problema no era la conducción técnica sino, precisamente, el equipo.

Bien, Marhumo volvió. Trajo consigo una lista con condiciones, una rutina de entrenamientos, las mismas mañas de siempre. “Sí, sí, Marhumo”, palmadita en la espalda, dos prácticas llenas de gente y vuelta a la normalidad. Trajo consigo, también, un discurso renovado, renovador, alusivo al cambio, a la actitud, al compromiso.

Sin embargo, mientras silabeaba “com-pro-mi-so”, pausadamente, con énfasis, algunos de los nuestros ya se cortaban en la esquina. Hubo que conminarlos con severas amenazas para que volvieran (informaciones extorsivas que circulan en la noche) y volvieron nomás y arrancó el campeonato. Se vio un TTR desconocido. ¡Se jugaba el fútbol! Al fútbol, sí, no a la pelota. ¡Se ganaba! Las amas de casa se juntaban en los almacenes para comentar los temas del momento: Pluna y el Tiki Tiki ganando partidos.    

Pero esta racha maravillosa, esta embriaguez de triunfos rutilantes, no podía ser perfecta. Se perdió un partido y la incontestable endeblez anímica del grupo afloró una vez más; racha lamentable. Comenzaron las miradas de soslayo, los rumores malintencionados, las teorías conspirativas. Fiel a su costumbre, el plantel asumió la gravosa responsabilidad de encontrar un chivo expiatorio; alguien que lo eximiera de culpas. Y todas las miradas confluyeron en Marhumo. Pero Marhumo se apuró a salvarse: “yo prometí 10 puntos, ya cumplí”. Ya sé, gritó uno, el arquero, Benji. Todos aprobaron. Los partidos se perdían uno atrás del otro; la culpa, nadie lo dudaba, era de Benji.

Ahora pasemos al último encuentro, contra Ninea, que merece un comentario puntual. El elenco amarillo se jugaba la clasificación a los play off: tensión, nervios, pesada carga emocional.

El comienzo fue alentador. Penal a favor: convierte la Tota Borges. Minutos después, una pelota devuelta por la defensa es peleada por Pantunfla Sánchez, quien ensucia la jugada para que termine, tras varios entuertos, con gol de Seba C. Los compañeros, dentro del campo, ya se preguntaban donde será el próximo asado rocketero; el local deberá ser lo suficientemente amplio para albergar el ego del delantero. En fin, 2 a 0 y entretiempo.

La segunda mitad, empero, mostró el rostro más amargo de este equipo, que está dispuesto a descender hasta los aposentos más bajos del sufrimiento. En un rato Ninea se ponía 2 a 2, mediante furibundos remates de larga distancia. Resignado, inerme, abucheado,  Benji iba a buscar la pelota a las redes. Benji, una vez más, tenía la culpa.  

Expiraba el partido cuando un pase en profundidad encuentra a Usain Rivas solo en el área rival. El delantero, titubeante, indeciso, prorrogaba la definición. Segundos que fueron horas, espesas gotas de tiempo. El corazón de los hinchas pendía de un hilo y el short más ochentoso de la Liffa no soltaba el remate.        

“Este muerto que lo cargue otro”, sentenció Rivas y cruzó un pase al segundo palo. Allí, Pantunfla Sánchez resuelve con justa puntería y pone al TTR en la próxima instancia del campeonato. Gritos, euforia, algarabía. Hondos suspiros de alivio por parte del arquero.      

La cerveza postpartido fue la más rica en lo que va del 2012. Lo que viene, ya se verá.

miércoles, 8 de agosto de 2012

UN REGRESO PARA REGRESAR A LA GLORIA (O INGRESAR EN ELLA POR PRIMERA VEZ)

En la noche de ayer la directiva del TIKI TIKI cerró la contratación del cuerpo técnico para el campeonato clausura en la divisional C. Luego de analizar la situación en la que esta el equipo se hizo una lista de los posibles técnicos que podían sacarnos de este pozo.

En primer lugar se llamo a Carusso, pero cuando estaba todo arreglado, pensando que San Lorenzo y Tinelli lo iban a limpiar, el gordo le ganó a SMSJ y sigue vivo.

El segundo en la lista era Miguel Ángel Puppo. Dado el parentesco con varios integrantes del plantel se penso que seria un técnico ideal, gran borracho y que calzaría justo en los asados del grupo. Ya me lo imaginaba contando anécdotas en los asados como cuando pronuncio aquella celebre frase en el partido de Central Español vs Peñarol ...  "ME ESTÁN CAGANDO GREGORIO".  Finalmente, a último momento se bajó porque vio una foto de la bandera nuestra TÚ NO TOMAS NADA y pensó que la barra brava no lo bancaba.

Hubo contactos con Maradona, recientemente cesado en Arabia, pero cuando vio el plantel que tenemos dijo textual "ACA HAY MUCHO FRIZZELMES"

Con el tiempo corriendo en contra, necesitados de nombrar un cuerpo técnico, sabiendo que nadie quería agarrar este hierro caliente, ayer se encendió una luz de esperanza (o se apagó definitivamente)

Y fue así que anoche, Presidente Vice y Capitán fueron hasta la ciudad de San Carlos y hablaron con el señor Marcelo Rivero. Para los que no saben es el gordito que va a todos los partidos y desde la raya grita, corre, salta, putea... Ese que se encargo de depositarnos en la B y marcar el principio de una caída que hasta hoy parece no tener final.

Bueno, viendo que no había nadie más para dirigir, que el cuerpo técnico saliente había sido igual o peor (POR CULPA PROPIA O POR HERENCIA MALDITA) se decidió darle una nueva oportunidad. Se apostó por alguien del seno del TIKI TIKI, alguien capaz de dar vuelta esto o de hacer que todo siga como esta. Lo que nos tranquilizo para tomar esta decisión fue que más bajo de lo que estamos no podíamos caer. Además se le aclaró que tenía prohibido traer jugadores (demás esta explicar el porqué). El Gordo, no solo no se achicó sino que manifestó su voluntad de dar vuelta la pisada y volver a dejar al TIKI TIKI donde se merece (cric cric... esto es  lo que más miedo dio a la directiva que ni quise preguntar dónde pensaba que era el lugar donde merece estar el TTR).

En el contrato, que es a rendimiento, se le quiso imponer que en la primera rueda de 15 puntos debía obtener 8, a lo que el aseguro que iba a conseguir 10 (parece joda, pero fue idea de él).

Así que hay DT, es un regreso, es amigo, es Rocketero; así que todo indica que vamos por buen camino...

lunes, 7 de noviembre de 2011

LA GLORIA ESQUIVA

Así como el caballo de Atila, así como la lagarta, el TTR seca el pasto allí por donde pasa.

El partido inicial de la segunda ronda, otra vez contra Picapiedras, fue una clara síntesis de lo que ha exhibido en los últimos campeonatos el elenco amarillo: falta de predisposición a la victoria. Existe, a esta altura, una tara subyacente, una especie de negación que no le permite al equipo jugar y ganar, como lo hacía antes o como la hace en los partidos amistosos.

En el último encuentro, particularmente, la novedad fue que JR (el dt ) propuso un planteo más ofensivo, restando un defensa y sumando un delantero. El nuevo esquema dio resultado en el primer tiempo, donde se mostró mejor juego que en los últimos partidos, más tranquilidad para hacer rodar la pelota en el pasto, un mejor despliegue de los volantes, quienes debieron doblegarse en su esfuerzo.

Después de algunas vacilaciones en los primeros diez minutos, los jugadores de la amarilla se pararon mejor en el campo adversario y demostraron voluntad ofensiva, además de variantes en la movilidad de los delanteros. Hubo llegadas. Estas modestas mejoras, sin embargo, no pudieron materializarse en el marcador.

En el segundo tiempo el trámite cambió. Los rivales consiguieron liberar un delantero -entre las líneas media y final del TTR- que habitualmente recibió de frente al arco y pudo habilitar y ordenar el juego de su equipo. Esto complicó a los amarillos. En una pelota quieta, un jugador de Picapiedras se lleva confusamente una pelota entre los defensas y deja solo a un delantero de cara al arquero rocketero. Fue el primer gol.

Pese a esta adversidad circunstancial, el TTR multiplicó su esfuerzo, puro amor propio, puro orgullo herido, y consiguió arrimarse al arco contrario. Una pelota quieta, peinada y luego cabeceada hacia atrás por el Canario (por encima del arquero) permite la igualdad. El ingreso del Canario permitió, asimismo, una mayor presencia en el área contraria, mediante la sutil técnica del pelotazo y el balón parado. Se redime así, el Canario, de su infortunio contra Vodka Juniors, aunque hay quien dice que para eso le faltan dos goles más (a favor).

Y bueno, no hubo mucho más que eso. Queda para destacar la actitud del equipo, su presencia de ánimo. Queda para destacar la unión y el sentido de pertenencia. Y para lamentar, lo dicho en el principio, esa negación para la victoria que a esta altura ya parece obra de un efectivo gualicho que atora las potencialidades de sus jugadores.

viernes, 4 de noviembre de 2011

COSECHANDO EMPATES

Este bichito, este regio bichito pescado por Acho (el Lacho), serviría para festejar el pasaje del TTR a la punta de la tabla de posiciones. Debemos consignar que este equipo tiene un chef institucional, y más que un chef deberíamos decir un verdadero alquimista de la cocina, un prestidigitador en el arte de los condimentos, un maestro zen de la elaboración gastronómica: Marcelo. De a ratos, también arquero. Él era el encargado de darle brasa a esta corvina de la victoria.

Sin embargo, como bien observó Rabelino –recientemente fichado por el cuadro de los casados, nuestras condolencias- el Tiki Tiki se adapta al rival de turno. Esto quiere decir que primero deja jugar y después ve cómo arregla los desbarajustes que provoca el equipo contrario. Quizá de ahí pueda explicarse la ausencia de protagonismo en todos los partidos, la escasez de victorias y, también, de derrotas.

Los últimos dos encuentros se empataron (van cuatro de cinco) y la corvina tuvo que ser degustada con el sabor soso de la incertidumbre, de cara a la segunda ronda.

El primero, contra Vodka Juniors, fue un soberano desastre. Me dolían los ojos de verlo, apuntó el Cabeza, con razón. El equipo no jugó a nada. Pese a todo, consiguió ponerse en ventaja con un soberbio gol del negro Cesáreo que le dio rosca a una pelota quieta y la ubicó en el segundo palo, lejos de las posibilidades del arquero. Después, ante la perplejidad de todos –que no acreditaban lo que veían- llegó el segundo gol. En una jugada entreverada en el área, el Canario revolea el botín y descerraja un tremendo disparo. La pelota sale despedida con furia y se mete justa contra uno de los verticales. El arquero nada pudo hacer, los defensas tampoco. Una lástima que arco, defensas y arquero eran del Tiki Tiki Rocket: gol en contra. Cosas que pasan, en honor a la justicia debemos decir que las fallas del elenco rocketero no estuvieron allí sino que transitaron todo el trámite del partido. Resultado: 1 a 1.

El segundo, contra Picapiedras, fue desparejo pero también tirando a malo si hablamos del desempeño futbolístico de los amarillos. El TTR empezó algo mejor pero a los pocos minutos perdió pie en el mediocampo y empezó a sufrir los embates de los delanteros adversarios. Es así que dos cabezazos dentro del área culminaron con la apertura del marcador por parte del equipo de la banda roja. El TTR, desahuciado, no encontró después de eso el concierto en sus líneas para imponerse, hilvanar fútbol, y generar situaciones de verdadero riesgo. En el segundo tiempo, con más corazón que buen pie, consiguió llegar algo más, pero también con jugadas sucias, con desprolijidad. Sobre el final, ya en el epílogo del partido, Calderita Silbadora Patri cabecea un centro bien ejecutado y consigue el anhelado y sufrido empate. Resultado, otra vez: 1 a 1.

Las chances están intactas para pelear la definición del campeonato pero al TTR le siguen faltando dos cosas para consolidar sus posibilidades: ganar y jugar bien. Cosas que en el fútbol tienen su importancia. Nada más y nada menos.

lunes, 24 de octubre de 2011

EL TRABAJOSO RESURGIMIENTO DEL TTR

Palabras previas de la Comisión Directiva:

El blog institucional del TTR no estuvo ajeno, durante estos meses, a las marchas y contramarchas inherentes a la Negociación Colectiva. Nuestro cronista -ávido de dinero para solventar su ludopatía y proveerse de sustancias psicotrópicas-, se negó a actualizar el sitio aduciendo incumplimientos de orden salarial y deportivo. Después de exigir victorias, un sueldo conforme al laudo, dinero para viáticos, que se le abra una cuenta corriente en El Caballo y se le otorgue un vale mensual en un conocido prostíbulo de Maldonado, resolvió, este señor, aceptar la contrapropuesta de la Comisión Directiva del TTR que consiste en: una cerveza y un choripán por fecha jugada.

Aclarado este punto –que originó el largo abandono del blog- les dejamos a renglón seguido la crónica de la última fecha.

En el primer tiempo hubo equilibrio en las acciones. El TTR desplegó un mediocampo sólido y consistente, férreo en la marca, pero con escasa proyección ofensiva. Se tocó más bien poco. El desempeño del equipo, en buena parte de la primera mitad, ofreció tranquilidad a su hinchada. Esto es algo a lo que no están acostumbrados los inclaudicables y cascoteados seguidores de la amarilla. Decíamos que daba la sensación de que el trámite era favorable, que la ventaja podía caer de un momento a otro. No obstante, se llegó poco al arco contrario y sin demasiada claridad. También hubo importantes intervenciones de Darío, el eximio arquero rocketero, que se estiró un par de veces y en otras ocasiones contuvo disparos traicioneros sin dar rebote. Como contrapartida, el TTR mostró superioridad en el juego aéreo, ámbito en el que se debe destacar la sobresaliente actuación del Canario. También hubo más peso –más gordura, digamos- para resolver y ganar las pelotas dividas.

En el segundo tiempo se originaron momentos de confusión y enredo que propiciaron una transitoria superioridad del equipo contrario. Sin embargo, una serie de rebotes en el áreas adversaria, donde complicó sobremanera el ariete del equipo -hablamos del negro Cesáreo- terminó con un finísimo disparo de Juan Borges, tan callado en este partido que casi no se lo reconoce. El tiro llegó a la red: 1 a 0. Más tarde, en un avance ofensivo por la banda derecha, se consiguió cruzar una pelota que atravesó paralela a la línea de fondo y fue empujada al arco por Marquitos, ingresado unos minutos antes. Parecía, en ese momento, que un bálsamo de paz calmaría el acostumbrado desasosiego del equipo. Pero para no perder su vocación por el vértigo, el TTR recibió un gol al poco rato. Una pelota elevada picó cerca del arco, no pudo ser despejada, y un delantero adversario la punteó a la red: 2 a 1. Tembló el marrón, tembló el marronero, dice Zitarrosa. A partir de allí Real Bañil mandó sus hombres arriba, lo que provocó zozobras inesperadas en la última línea. Provocó, asimismo, más nerviosismo de lo previsto y deseable. Pero quedaba poco tiempo; el juez pitó el final y se escuchó un general suspiro de alivio en el banco del TTR.

En resumen, se puede hacer un balance positivo del desempeño del equipo. Fue un trámite parejo donde la ausencia de buen fútbol marcó la nota dominante. Se ganó, después de muchísimo tiempo, después de muchísimos partidos, y eso permite abrigar esperanzas para entrar en la zona de definición y pelear el regreso a la primera divisional de la LIFFA.

domingo, 22 de mayo de 2011

SOBRE CÓMO EMPEZÓ EL AÑO DEL TTR...

Empatando, perdiendo y ganando, en ese orden de medianía, sin sobresalir ni por lo malo ni por lo bueno, el TTR inauguró el Apertura 2011. Hubo inicios peores, bastante peores, a qué negarlo. Este año podríamos afirmar que se arrancó de forma regular.

El primer partido, ante El Faro, fue desigual, con momentos de buen despliegue y otros en los que se zozobró y debió aguantarse el consabido apedreo de rancho. Quedó al final un regusto de satisfacción por un resultado que pintaba peor y se remontó, por dos veces, con más sudor que fútbol. Los amarillos terminaron boqueando, echando espuma por la boca, pero no perdieron. Resultado: 2 a 2.

Con Manantiales faltó sangre en el arranque. El TTR no encontró el concierto de sus líneas, el fútbol y la tranquilidad apropiados para plantarse bien en el campo, y dio ventajas ante un rival que corrió y presionó mejor. Se jugó mal, para decirlo en castellano antiguo. Los intentos desesperados del complemento no alcanzaron para doblegar a la defensa adversaria y se quedó en la puerta, perdiendo, para no sentir nostalgia de lo que eso significa. Resultado: 2 a 1.

Este domingo, 22 de mayo de 2011 para ser bien precisos, se ganó y se ganó bien. No con holgura, no con virtuosismo, no con lujo. Se ganó con orden, con prolijidad en el manejo de la palota, con relevos oportunos. Una jugada desafortunada de la defensa rival permitió al elenco rocketero pasar arriba en el marcador. No conformes con esto, los jugadores del TTR insistieron, elaboraron fútbol y pudieron haber alcanzado algún tanto más. Se desperdiciaron varias oportunidades.

El primer tiempo terminó 1 a 0. Sin embargo, más allá de esta circunstancia, los 40 minutos iniciales pasarán a la historia de este equipo por el acrobático intento del Canario de conectar una pelota aérea de chilena. De chilena, sí señores. Pelé, Maradona y Messi juntos no habrían logrado dar una muestra tan conmovedora de fe en lo imposible, de amor a este juego, de dignidad deportiva, como la que regaló el Canario haciendo esta prodigiosa maniobra.

El Canario, el inmenso Canario, con sus años a cuestas y su voluntad intacta, despegó toda su humanidad del suelo –humanidad nada pequeña, por cierto-, tiró la patada en el aire y cayó al piso. Tembló entonces la tierra. Un movimiento telúrico sacudió el predio entero de la Liffa y todas las cabezas que allí se encontraban giraron en redondo para ver esa acrobacia, ese elevamiento fantástico, ese insulto descomunal a las leyes de la física.

Una pena que la jugada no haya tenido destino de gol. El intento, sin embargo, quedará grabado para siempre en las retinas de este plantel como un hito memorable. “Ahora joden, pero si lo metía me levantaban en andas”, dijo el Canario, una vez terminado el partido. Tiene razón.

También quedará en la memoria por una jugada en la que Acho, también conocido como El Lacho, se descolgó de los previsible con una serie de enganches magistrales con que apiló rivales y aplausos de sus compañero. Además de repetir la solvencia defensiva a la que nos tiene acostumbrados. Por su actuación de hoy este cronista le da al lateral izquierdo del TTR un diez y el premio “Carpincho Reseco” al jugador del partido.

Del segundo tiempo debemos mencionar el gol del Negro Sena, que definió bien y enmendó, de ese modo, algunos tiros errados en la primera parte para consolidar la victoria amarilla. Resultado: 2 a 0.

Con este marcador, el equipo se entrevara en la tabla y da indicios de que puede pelear instancias definitorias si se lo propone. Esto recién comienza.

(En la foto: Tercer tiempo. Tomando cerveza fría, los jugadores del TTR se congratulan del triunfo y analizan, mirando en lontananza, las posibilidades del campeonato)

martes, 21 de diciembre de 2010

COMO LA CUCARACHA

Si hay un atributo que distingue a este simpático insecto es la capacidad de adaptación y resistencia, su habilidad para sobrevivir o, mejor dicho, las dificultades que ofrece para no perecer. Se dice que algunas especies son capaces de mantenerse activas durante un mes sin comida. Otras pueden vivir sin aire durante 45 minutos o enlentecer los latidos del corazón.

La analogía es clara. Para un equipo de fútbol el alimento sería la victoria. El TTR, sin embargo, es capaz de sobrevivir como equipo, como grupo, ignorando la victoria meses enteros. Se podría decir, incluso, que hiberna, ayuno de toda sensación de triunfo, alimentándose únicamente de bebidas alcohólicas y humo de trasnoches, pierde y pierde y vuelve a perder. Enltentece sus latidos. Descansa agazapado. La derrota sistemática, recurrente, una atrás de la otra, no alcanza, sin embargo, a rozar su espíritu indeclinable.

Anida en este grupo el instinto de supervivencia porque está fundado en sólidos cimientos: la noche, la pereza, la falta de compromiso, el desconocimiento de las prácticas, la inasistencia a los partidos, el vampirismo, la joda, las sustancias estupefacientes... Pero, todo esto, acompañado del discurso del “vamo’ arriba”, “los partidos se ganan los viernes de noche”, “qué grande este grupo”, “prefiero perder con el TTR que ganar con”... Etc. Esto, señores, se llama retórica, autobombo. En cada asado, en cada resaca en las canchas de la LIFFA, el equipo escribe su propia historia.

Y así, de alguna manera insospechable, consigue zafar en la última escupida; ensalivando y ultrajando el ojete del "fantasma del descenso". Aferrado a sus últimas chances, el elenco rocketero ha conseguido permanecer otro campeonato en la primera división de la LIFFA. ¿Bajará algún día el TTR a la B? ¿Saldrá campeón alguna vez? Ambas hipótesis pueden ocurrir, llegado el caso. Estos muchachos, por ahora, se quedan en la A.

Hasta el año que viene.

lunes, 29 de noviembre de 2010

SUBIENDO LA CUESTA

Un pique de la pelota en el área, empujado de cabeza a la red, casi en soledad, por el presidente vitalicio de la institución rocketera (hablamos de la Tota Borges); ese fue el primero. El segundo consistió en una pelota bien ubicada contra el palo, rastrera, por Sebita Puppo, quien se desprendió rápido y silencioso -como pedo en casa ajena- de la marca contraria.

El TTR tuvo otras incidencias favorables. Goles errados. Como el de Juanjo que, obnubilado, exhausto, sorprendido por el pique, por el fútbol, por tamaña oportunidad, desvió el balón a los matorrales. Se puede decir que fue un partido tranquilo, de trámite amistoso para el elenco amarillo, que no brilló por su fútbol pero tampoco sufrió en exceso. Y eso –considerando cómo venía la mano en los partidos anteriores-, es decir. Es mucho decir.

Inobjetable, olvidable y amarga. Así fue la última derrota contra Cruz del Sur. Los detalles de ese partido vamos a obviarlos porque se nos antoja no revolver en la herida. Acaso tuvo de positivo la reunión posterior, del jueves, donde varios integrantes del TTR dieron cátedra sobre el fútbol, la vida, los propios errores y, sobre todo -lo que más nos gusta-, los errores de los compañeros. Se chupó, se habló y, ante todo, se comió una soberbia y memorable lasaña, que quedará en la mejor historia de los ágapes “pantagruélicos” e “imponentes” que se da este equipo.

Volviendo al partido con Finistèrre, hay que decir que sobre el final el juez pitó un penal que fue bien rematado por el arquero adversario. 2 a 1, que quizá no sea una victoria inaugural, paridora de nuevas épocas, pero sirve para sumar y tratar de zafar, una vez más, del descenso. Una inyección de ánimo para encarar los partidos que se vienen. Puntos suspensivos.